Los no católicos, cuando morían en Málaga no podían enterrarse en el campo santo. Al anochecer los cadáveres se enterraban en las orillas de las playas en posición vertical, con la única iluminación de las antorchas y bajo la supervisión de soldados. Las mareas desenterraban a los muertos que eran mordisqueados por los perros o balanceados por el mar.
William Mark fue nombrado cónsul inglés del Reino de Granada y tras asistir a uno de esos macabros entierros, solicitó al gobernador de Málaga unos terrenos para habilitarlo como cementerio para los no católicos.
Una vez concedido el terreno (Av Príes, 1) se hicieron bancales y se plantaron árboles y plantas. En 1831 tuvo lugar el primer enterramiento. Ese mismo año se levantó un muro y Robert Boyd, compañero de Torrijos, fue el primer enterrado intramuros.
Lugar: Cementerio Inglés - Málaga
Fecha: Junio 2012
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